Por el derecho a voto a los 16 años

No es una reivindicación nueva para Izquierda Unida la de la rebaja de la edad de acceso al derecho al sufragio a los 16 años. Y no lo es porque, desde hace mucho tiempo, IU ha venido defendiendo la equiparación de los derechos políticos al mismo nivel que otros derechos, libertades y deberes. Si con 16 años, la ley nos considera suficientemente mayores como para concluir nuestra educación obligatoria, tener ya responsabilidad penal, trabajar y por tanto pagar impuestos o contribuir a sostener las cargas familiares, y hasta para conducir por carretera o usar un arma, no es justo que todo ello no se corresponda con el reconocimiento de la ciudadanía plena, también, para elegir a nuestros y nuestras representantes.

De esta reflexión surge la campaña que Jóvenes de IU Rivas hemos emprendido por el derecho a voto a los 16 años, bajo el lema ‘Tenemos Voz, Queremos Voto’. Y es que consideramos que es una reflexión de plena actualidad cuando, con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, vemos cómo las protestas contra la reforma universitaria que supone el ‘proceso de Bolonia’ han llegado ya a los institutos de enseñanzas medias. Los y las estudiantes de bachillerato deberían tener derecho a decidir a qué clase de universidad van a ir dentro de no tanto tiempo.

Pero hay más: en demasiadas ocasiones escuchamos eso de que “la juventud pasa de la política” y, ciertamente, nuestro diagnóstico es justamente el contrario. Habitualmente, aunque Rivas sea una excepción, no se reconoce a la juventud en su conjunto como un sujeto activo en nuestra democracia, y los gobiernos o partidos no sólo no se ocupan de aquello que preocupa, necesitan o merecen los y las jóvenes, sino que además no les dan el protagonismo que debieran a la hora de tomar decisiones. Creemos que el inicio del derecho a voto a los 16 años haría más visible a la juventud en su conjunto, y forzaría más interés de la agenda política hacia las cuestiones que le afectan.

La historia de la democracia moderna ha sido la de la ampliación del derecho a voto a cada vez más capas de la población, rompiendo prejuicios y corsés sociales antidemocráticos. Así, del sufragio restringido a los poderosos económicos, se pasó al sufragio ampliado a las clases trabajadoras, más tarde a minorías raciales, y a las mujeres. Últimamente se habla también de la necesidad de que las personas migrantes puedan participar plenamente de aquello que afecta a todas y todos. Es el momento de incorporar esta otra reivindicación del derecho a voto a los 16 años.

La Asamblea Parlamentaria del Consejo Europa, invitó a sus Estados en 1996, a “reconsiderar la edad en que los y las adolescentes pueden beneficiarse del derecho de voto”. En países como Suiza o Austria es ya una realidad, y en dos estados federados alemanes en las elecciones municipales. En Ecuador acaban de estrenarse.

Acabemos aquí con esta anomalía democrática. Porque la juventud no es sólo futuro, sino también presente. Porque con 16 años, tenemos voz: queremos voto.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
ir arriba